Este último libro de Juan Hdez. Vigueras, miembro del Consejo
Científico de ATTAC España y posiblemente el autor español que mejor conoce el
mundo financiero en la sombra, es un libro “mayor”, en el sentido de que supone
un compendio imprescindible para saber lo que está ocurriendo en el mundo y por
qué. E incluso para poder aventurar con acierto lo que va a ocurrir si no se le
pone remedio pronto a todo lo que Vigueras enseña en su libro.
Toda la obra está escrita con una gran información y con
extraordinaria claridad, de modo que cualquier persona, por poco que sea lo que
sepa de economía, puede enterarse perfectamente con ella de cómo se llevan a
cabo las inversiones más sofisticadas, cuáles son las trampas más oscuras de
los financieros y de los procedimientos que se utilizan para ganar dinero a
velocidad extraordinaria en el casino, como dice el autor, que nos gobierna. Y,
por supuesto, para entender las claves que permiten también deducir por qué las
autoridades son tan remisas a poner trabas a todo este tinglado, a pesar de que
conlleva una extraordinaria inseguridad y un peligro que hemos podido comprobar
muy claramente en los últimos años de crisis económica.
El libro está dividido en tres grandes partes. (….)
Ya terminando la obra (p. 426) el autor cita la famosa frase que
Mayer Armschel Rothschild dijera en 1791: “Dejadme que emita y controle la
moneda de una nación y no me importará quien haga las leyes”. Lo que se
comprueba al terminar de leer el libro es que el sueño del fundador de la
dinastía se ha hecho realidad.
De la presentación del libro por Chechu Jiménez, médico y escritor,
en el Liceo de Ourense, publicada en su blog Del corazón a los asuntos:
(…) Y para aclarar las ideas sobre lo que nos
está pasando, pocas lecturas son tan claras y razonadas como “El casino
que nos gobierna”. Se trata de un texto sólido, con un claro afán
pedagógico, extraordinariamente documentado, muy útil para obtener una visión
no sólo del árbol político y económico más cercano, sino también del bosque
global, la única manera de explicarse la enfermedad que padecemos.
Para los no
expertos en estas materias, recomiendo leerlo despacio, sin prisa, nunca de un
tirón como hacemos con las novelas, sino más bien por partes, confrontándolo
con la empobrecedora uniformidad, simplista y llena de lugares comunes con la
que los medios de comunicación, más globalizados y atrapados en las redes del
pensamiento único de lo que parece, nos cuentan la actualidad. De esa forma, el
libro se lee con facilidad, de forma amena, trufado como está de historias e
historietas financieras que la mayoría desconocemos. Con él podemos aprender y
consultar cuando se nos olvide -que se nos olvidará-, el concepto y el objeto
de los hedge funds, los derivados, los CDS, los mercados de futuro,
los swaps…
Su razonado
desarrollo no pretende adoctrinar ni condicionar con cataratas de datos la
opinión del lector. Se trata de una descripción crítica de los hechos, cierto
es con una tesis de fondo a estas alturas ya difícilmente refutable, que la
economía productiva y las democracias (incluso las de los países más fuertes)
están, en las últimas décadas, siendo relegadas por un nuevo imperio en la
sombra: el poder financiero global desregulado.
Es un libro
escrito desde la independencia y el rigor intelectual que aporta una mirada de
lo cercano y de lo más lejano que, en general, se nos hurta a los ciudadanos
que asistimos al derrumbe de lo que creímos consolidado y a la aparición de un
nuevo orden tan distinto a ese mundo nuevo y justo en el que, una vez
-espejismo de juventud interminable-, soñamos y creímos.
El libro me
recuerda mucho a otra de las fuentes, en un formato como el cine al que estoy
más habituado, que me ha servido para comprender esta inesperada
pesadilla: “Inside job” el oscarizado documental de Charles
Fergusson.
(…)
“Detrás de cada cínico (o simplemente
incompetente) ejecutivo bancario o inversor hay un economista que le asegura (a
él y a nosotros), desde una posición de autoridad intelectual indiscutida, que
sus actos son útiles socialmente y que, en todo caso, no deben ser sometidos al
escrutinio público.” Con esta cita de Tony Judt (1948-2010) en “Algo
va mal”, comienza el libro.-
Desde aquí vaya mi agradecimiento
a estos dos excelentes personas y amigos.