lunes, 18 de junio de 2012

Los bonos del Tesoro estadounidense bajo vigilancia



“” Los EEUU, el Estado más poderoso de la tierra, sufren la presión de los acreedores reales o potenciales, que son designados con la expresión anglosajona “bond vigilantes. Los llamados “vigilantes de los bonos” son los fondos de inversiones de alto riesgo, los grandes fondos de inversiones ordinarios, los fondos anglosajones de pensiones y otros inversores institucionales, que constituyen una multitud amenazante global dispuesta a “colgar en la picota a los políticos derrochadores” y a los banqueros centrales que hacen la vista gorda, aclaraba un analista de la revista financiera de referencia Market Watch, las páginas digitales de The Wall Street Journal.

Esta es una expresión corriente hoy en la prensa financiera, acuñada a principios de los ochenta  por Ed Yardeni, cuando los tenedores de bonos del Tesoro estadounidense ya afrentaban a los EEUU por su alto déficit. Como presidente de una firma relevante de asesoramiento bursátil Yardeni Associates, este experto suele ser citado como un referente por los informadores especializados en el mercado de los bonos soberanos. En una entrevista del Financial Times de enero de 2010, el citado Ed Yardeni sostenía que el mayor riesgo entonces para una recuperación sostenible de la economía estadounidense, era que los inversores en bonos perdieran la confianza en las autoridades monetarias y fiscales, lo que podría elevar los tipos de interés y desacelerar la economía de modo apreciable. Y subrayaba la presión que ejercen los inversores sobre los mercados de bonos corporativos y soberanos, considerando que ya no se trata de un grupo estadounidense de inversores sino global en la medida en que los países han aumentado su endeudamiento sistemático.

Un año después, desde Nueva York el reportero del mismo periódico decía que los famosos “vigilantes” de los mercados de bonos habían decidido dejar sentir su presión sobre el creciente déficit fiscal en los EEUU, confiando en que aumentara la rentabilidad de los bonos a diez años. E citaba a otro referente de este mercado, Bill Gross, máximo ejecutivo de la poderosa firma gestora del mayor fondo de inversiones en bonos, Pimco Total Return,  que había hecho sonar la voz de alarma, advirtiendo a los inversores de los riesgos del aumento de un gasto público que era el responsable de la mayor parte del déficit, según su opinión; porque consideraba que las causas primarias eran la mayor inflación, un dólar débil y la eventual pérdida de la tiple A en calificación crediticia de la deuda estadounidenses. Ocho meses más tarde de esas manifestaciones, en agosto de 2011 los bonos del Tesoro estadounidense a diez años perdían esa máxima calificación para Standard & Poor´s.””

(texto tomado del libro  El casino que nos gobierna, págs. 296- 297)